Sí podemos regalarles el infierno a otros,
al compartirles una opinión no solicitada,
comentar un juicio y pensar sólo en nosotros
o estar, apreciar y escuchar sin arrogancia.
Sí podemos regalarles el infierno a otros,
al compartirles una opinión no solicitada,
comentar un juicio y pensar sólo en nosotros
o estar, apreciar y escuchar sin arrogancia.